Se celebró el VIII Vía Crucis Cristo del Perdón en la tarde de jueves 21 de marzo de 2013.
Poco a poco, año tras año, nos alegramos al comprobar como cada vez somos más los que acompañamos al Cristo del Perdón para celebrar nuestro particular Vía Crucis. Este año podemos decir que no empezó aquí, en la parroquia de San Juan Bautista, sino en el aula magna del colegio, con una conferencia impartida por nuestro compañero jesuita Fernando Arjona, "
Contemplar la pasión con otros ojos". Como ya explicó magníficamente, la pasión de Cristo se puede mirar desde diferentes puntos de vista, sin embargo, en su exposición, Fernando nos invitó a
contemplar La Pasión desde el punto de vista de la fe.
El jueves, a las 19,30 h, comenzaba la celebración de la palabra en la parroquia con mucha participación desde todos los sectores de la comunidad educativa. Y nos alegramos por ello. El coro complementa a la perfección este acto, preludio de nuestra posterior salida por el interior del colegio.
Se abrieron las puertas del templo y se acercó el Cristo portado a hombros y en silencio hasta la puerta. Una vez allí sonaron los toques de una corneta bien tocada por un alumno de secundaria. Se inició el recorrido por las XIV estaciones penitenciales. El Cristo fue acompañado por una pequeña banda de tambores que marcaban el ritmo en el camino.
Así durante todo el trayecto, con una noche fría pero con viento en calma, hasta llegar al edificio de secundaria. Una vez allí, se procedió al descendimiento del Cristo de las andas para entrar en la Cripta. Finalizó el Vía Crucis de una manera íntima, recogida y profunda.
¿Terminar? No, porque al día siguiente se trasladó la imagen de Cristo hasta la parroquia. De manera improvisada pero consensuada. Y me refiero a la improvisación, no porque fuera de manera desordenada, sino porque, al ser la primera vez, no sabíamos muy bien qué hacer. Sin embargo, acordamos que, justo después del recreo, los alumnos portarían a hombros a Cristo hasta la parroquia. Y así fue, aquellos alumnos que, por razones de estatura, no habían podido llevar a Jesús sobre sus hombros, esta vez sí lo harían, y así vimos con alegría como participaban de forma masiva los alumnos de primaria. La experiencia ha sido tan gratificante que esperamos se repita el año próximo.
Nos veremos si Dios quiere.
