Como siempre, en los momentos previos, se respiraba algo de tensión, nerviosismo, y ganas por empezar. Se formaron grupos de gente que charlaban mientras esperaban la hora del comienzo; padres, profesores, alumnos, personal del colegio, antiguos alumnos…Y llegaron las 19,30 h.
Una vez dentro de la iglesia comenzó el acto con una Celebración de la Palabra en la que participaron varios miembros de la comunidad educativa. Con el Cristo allí dispuesto para salir se escucharon unos textos relacionados con el perdón así como unas piezas de música interpretadas maravillosamente por un grupo de alumnos y un antiguo profesor del colegio. Antes de que anocheciera se abrieron las puertas del templo y empezó a sonar la campana de cabecera. Se repartieron unas velas a los asistentes. Los primeros niños que iban a sacar el Cristo a hombros empezaron a marcar el paso. Y justo en la puerta principal, primera estación.
El recorrido se desarrolló con total normalidad, en el primer tramo. Del templo nos dirigimos a Primaria, después al pabellón polideportivo, talleres de formación profesional hasta el edificio de Secundaria. Estando de vuelta, ocurrió lo que nadie quería que ocurriera. Empezaron a caer unas pequeñas gotas, apenas perceptibles, pero suficientes como para generar cierto nerviosismo y acelero. Y efectivamente, los niños que llevaban al Cristo dejaron paso a una cuadrilla de personas más fuertes para poder llevarlo a un ritmo superior.
Todavía quedaba un largo tramo hasta la iglesia por lo que se decidió abrir las puertas del pabellón y así resguardarnos de la fina lluvia. Allí se escuchó otra estación.
En consenso, y una vez expresadas distintas opiniones, y ante la poca intensidad de las minúsculas gotas que caían, se tomó la decisión de seguir adelante y llegar hasta la iglesia. Así fue, al poco rato y con un gran esfuerzo por parte de los costaleros pudo llegar el Cristo del Perdón hasta su templo.Cuando entró, la tranquilidad volvió a aparecer entre nosotros. Las andas volvieron a cogerlas los niños y colocaron la imagen justo donde estaba situada al principio.
Como despedida, el coordinador de Pastoral del Centro, expresó unas palabras de agradecimiento hacia todas aquellas personas que de alguna manera habían contribuido a que el V Vía Crucis del Cristo del Perdón se hubiera podido llevar a cabo. Y mientras se leían unas palabras desde el púlpito los asistentes que aún quedaban fueron acercándose al Cristo a depositar su vela en el suelo, a sus pies.
Nos vemos el año que viene, si Dios quiere.
