lunes, 13 de abril de 2009

JUEVES DE PERDÓN




Otro año más, y ya van cuatro consecutivos, el ambiente de los días previos a las vacaciones de Semana Santa en SAFA era distinto: carteles semana santeros por los tablones y corchos de los pasillos, olor a incienso, movimiento continuo durante los recreos en la iglesia, toques de cornetas y ensayos por las tardes… Se celebraba nuevamente, y como viene siendo habitual el jueves previo al Viernes de Dolores, el Vía-Crucis con la imagen del Stmo. Cristo del Perdón.

Dicen algunos que lo mejor de la Semana Santa son las vísperas, y razón no les falta. Pues las nuestras, las vísperas del Vía-Crucis, tampoco han desmerecido. La mañana y tarde del miércoles, incluso el propio jueves, la actividad era frenética y los preparativos se sucedían uno tras otro. El miércoles por la mañana era bajado el Cristo con la presencia de alumnos y profesores y la colaboración del personal de mantenimiento del centro. Acto seguido se subía la imagen a las andas para posteriormente llevar acabo una oración y un rato se silencio y reflexión que concluía con la imposición de una placa con el nombre del Cristo sobre un lateral de la cruz.

La tarde de ese miércoles también se presentaba completa de actividades por realizar: encargar las flores, reunión para atar flecos y perfilar últimos detalles, ensayos de la música de capilla… Así llegamos al jueves, el día esperado. La mañana es intensa: se recogen los enseres que nos acompañarán durante el Vía-Crucis, se colocan las flores y las faldillas y se completan definitivamente las andas.

Una vez preparado todo, numerosos alumnos y profesores, acompañados de padres y personal del centro se daban cita a las siete de la tarde en la Iglesia de San Juan Bautista para dar inicio a una sencilla pero intensa Celebración de la Palabra. De la mano del padre Jesús García de Leaniz sj reflexionamos sobre el perdón, el amor de Cristo y su entrega por nosotros. El acto se completó con la lectura de los pasajes bíblicos sobre la última cena y la oración y prendimiento en Getsemaní; a parte de unas sencillas ofrendas de diversos colectivos del centro como la red, los scouts o los voluntarios. Un conmovedor Manifiesto del perdón ponía el broche de oro a la sencilla celebración.

Finalizado este acto, comenzaba sobre las siete y media de la tarde, una tarde que en cuanto a tiempo acompañó otro año más, el ejercicio del Vía-Crucis por los patios del colegio. El cortejo iba encabezado por la Cruz Guía acompañada de dos faroles, tras ella la campana cuyo constante tintineo anunciaba el paso de Cristo clavado injustamente en la cruz perdonando a la Humanidad. Dos largas filas de niños y mayores portadores de velas o faroles acompañaban a Jesús. La imagen descansaba de forma inclinada sobre estructuras metálicas, algo característico de nuestras andas. Las cuales este año estrenaban importantes novedades: llamador, faldillas de terciopelo negro y cirios blancos con soporte metálico en las esquinas, además de reforzar la base con un tablero de madera finamente cubierto por una tela roja. El paso se completaba con un elegante exorno floral de diversos tipos de flores en tonos rojos y violetas, distribuidas en dos centros laterales y uno en la parte trasera. Todos estos importantes y novedosos estrenos dieron mayor empaque a las andas; la cuales iban precedidas de abundante y oloroso incienso. El guión lo cerraba la bandera del centro.

Durante el recorrido de ida y vuelta, donde se acompañó a la imagen con sobrios toques de corneta tocados por algunos alumnos, por los patios hasta el edificio de secundaria se rezaron nueve estaciones, en un original y comprometido texto que trato con lenguaje claro y directo los principales retos del mundo vistos desde el prisma de la pasión de Jesucristo. Además, a lo largo del itinerario, el cual fue retransmitido por la televisión local, se fueron turnando niños y mayores, hombres y mujeres, profesores y alumnos para portar la Sagrada Imagen sobre sus hombros. El Vía-Crucis penitencial se llevo a cabo desde el silencio y la reflexión que se le puede exigir a niños y niñas de entre 6 y 14 años, y que guardaron los más mayores. Sobre las nueve de la noche, el cortejo volvía al templo, donde en un ambiente de silencio y recogimiento propiciado por la oscuridad mantenida en el templo y la música clásica de fondo magistralmente interpretada por el grupo de cámara, se pasó al rezo de la última estación para acto seguido reflexionar profundamente y emocionarnos de manera sobrecogedora con la lectura de una carta de Jesús, que junto a la oración del Padrenuestro ponía punto y final a la celebración del Vía-Crucis.

Decimos que se ponía punto y final, pero nos equivocamos; porque tras el Vía-Crucis, en una de las zonas de entrada al centro los participantes nos tomamos un sencillo pero reparador aperitivo. Fue un rato de convivencia, donde poner en común opiniones de como había ido todo e ideas de cara a próximos años. Tras esto y ya cercanas las diez de la noche se empezaba a marchar la gente, con un sencillo recordatorio del Vía-Crucis, y se recogía y limpiaba todo. Había finalizado una entrañable jornada; donde, y no mentimos ni pecamos de soberbia al afirmarlo, todo se dio de maravilla.

Para finalizar, es de bien nacidos ser agradecidos, y con gusto toca agradecer. Gracias a la Parroquia y al Centro por la colaboración y apoyo prestado, sin ellos esto no seria posible. Gracias a las cofradías de la Buena Muerte (cruz y faroles guía, campana), de la Sentencia (megáfono) y Santo Entierro (faroles e incienso), por habernos prestado todos estos enseres y elementos que hicieron más grande nuestro Vía-Crucis. Gracias al personal de mantenimiento del Centro por estar siempre ahí para lo que se necesita. Gracias a Jesús, su colaboración nos hizo vivir mejor este acto. Gracias a Pastoral por el magnífico texto que nos regaló. Gracias a toda la gente que ha robado tiempo libre a su apretada agenda, a su trabajo o a su familia para dedicarlo a que todo saliese bien y mejorásemos otro año más. Gracias a todos los que participaron activamente en el Vía-Crucis tocando una trompeta, un violín, leyendo o llevando algún atributo, o portando las andas. Gracias también a todos los que asististeis y os sumasteis aquella tarde al Vía-Crucis acompañándonos en nuestra oración, sin vosotros esto no merecería la pena.

Por último, os invitamos a que nos acompañéis nuevamente el próximo año, en el que ya será el V Vía-Crucis. Esperamos seguir mejorando con vuestra ayuda. Que el Stmo. Cristo del Perdón nos ayude en nuestro caminar diario y nos de fuerzas para ser mejores personas comprometidas con una sociedad mejor.

Antonio José Campos Martínez

2 comentarios:

  1. como antigua alumna, llevo desde los inicios asistiendo al viacrucis y la verdad es que merece la pena. Enhorabuena a todos y especialmente al que ha escrito esta sublime crónica

    Un abrazo,

    Beatriz Barrionuevo

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  2. Nos satisface mucho estar en contacto con antiguos alumnos.

    Un saludo

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